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Liga: Jornada 30 Grupo IV
  • Rojas
  • Amores
  • Candela
  • Carlos Garc�a
  • Richard
  • Fernando Marchiori<46
  • Encinas<71
  • Pavone
  • Gallo
  • Aitor Go�i<58
  • Andr�s Ramos
  • Vicente>46
  • Juli>58
  • Suffo>71
  •  
  • Manolo Ruiz Hierro
1
3
 
  • Dorronsoro
  • Mahanan
  • Amarito
  • Igor Cuesta
  • Zamorano
  • Migui
  • Acor�n
  • Juan Jes�s<74
  • Moncho<68
  • Marcos Suarez
  • Anto�ito<58
  • Chota>58
  • Jos� Manuel>68
  • Troteiro>74
  •  
  • Jos� Diego Pastelero
 
Incidencias

Estadio Sánchez Menor.Terreno de juego en aceptables condiciones. Mañana fria. Aproximadamente 3500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento reciente de un miembro de la peña Fondo Marcador.

Árbitro: Pardo Martínez. Extremeño. Mostró tarjetas amarilas a Pavone (2), Encinas, Richard y Gallo por el Puertollano y a Moncho, José Manuel, MIgui y Mahanán por el Melilla.

Goles: 1-0 min 4, Marchiori; 1-1 min 48, Mahanan; 1-2 min 64, Migui; 1-3 min 71, Chota.

PAVONES …SIN ZIDANES
El Puertollano continúa su racha negativa ante el Melilla y se complica la vida.



 La UD Puertollano vivió en la mañana de Pascua su particular suicidio colectivo. Después de una primera mitad más que decente, decidió pegarse un tiro en un pie. El equipo está entrando en un peligroso proceso de autodestrucción y, una semana más, vive más cerca del fango que de aquella tierra prometida que nunca se consiguió. 

 No es difícil encontrar excusas para la derrota de hoy. Se podría cargar con buena parte de responsabilidad a Pavone, que con su idiotez ha mutilado buena parte de las esperanzas de victoria en esta jornada, sin duda. Pero hay que recordar que el argentino, hoy de nuevo en el papel de villano, se vistió de héroe en los primeros días del lejano febrero, justamente cuando los azules saborearon la dulzura de la victoria por última vez. Cualquier mala acción suele tener una buena excusa y las del Puerto empiezan a sonar a gastadas. Una semana son los árbitros, otra Pavone, la siguiente el estado del terreno de juego y después será la capa de ozono, pero parece que la realidad dicta una cosa bien distinta: en el equipo azul hay varios Pavones y pocos, o ningún, Zidane (o su correspondencia en segunda B)

 Porque es ahí donde ha estado la diferencia entre las dos escuadras, tres golazos por un gol de libre indirecto.

MARCHIORI GUIÓ AL EQUIPO EN LA PRIMERA MITAD

 Mientras los de Manolo Hierro tuvieron a la mejor versión de Fernando Marchiori en el campo, se controló el partido, se gano en el juego y en el marcador. Oportunidades no hubo demasiadas. Una nada más comenzar, que Gallo mandó por encima de la porteria de Dorronsoro, y la otra, el gol del brasileño, conseguido tres minutos después. Libre indirecto dentro del área producto de una cesión al portero,  que Marchiori transformó con maestría. ¿Por qué no tira las faltas?

 Y todo fue de color de rosas hasta el minuto veinticinco. Fue cuando Marchiori se lesionó y no volvió a ser el mismo hasta que en el descanso fue sustituido. El equipo perdió la mitad de su brújula a pesar de que siguió manteniendo el control del juego con mucha dignidad y su tranquilidad tan solo se  vio importunada cuatro minutos antes de la lesión del brasileño, cuando Moncho estuvo a punto de aprovechar el centro de Mahanan.

TONTA EXPULSIÓN

 Al filo del descanso, Pavone realizó la tontería que esta noche le dejará sin dormir. Remató con la mano del diablo. Entrar en la mente de un jugador que realiza esta acción cuando tiene amarilla es imposible, por lo tanto nos olvidaremos de buscarle algún tipo de explicación lógica. Sí es probable que la solución a este enigma se encuentre en algún libro raro de fenómenos paranormales, quizás en el último de Iker Jiménez.

 Hasta ahora no habíamos hablado del Melilla. Craso error. En la primera mitad fue dominado por el Puertollano pero ya se le intuía un buen aguijón. Ya en la segunda parte, decidió rematar a los azules a trallazos. El primero, de Mahanán, fue tremendo. Tres minutos después de la reanudación, el melillense lanzó una bomba desde treinta y cinco metros entre los tres palos y por algún lugar inalcanzable para Rojas.

 Aún así, los azules seguían mostrando cierto criterio y llegada. Al menos mientras le duró la energía a Amores y Aitor estuvo en el campo. Un ejemplo fue la ocasión de Gallo, que tuvo en sus botas la posibilidad de volver a poner al Puerto en ventaja pero Dorronsoro evitó el gol. Hierro, en pos de aguantar un “valiosísimo” empate, sacó del campo a la mitad de la brújula que quedaba, Aitor, y puso a Juli, más indicado para defender un resultado. Un paso más en la autodestrucción. Un nuevo golazo, esta vez de Migui, que mandó el balón a la escuadra después de zafarse en el borde del área de su defensor, sirvió de puntilla.

 Y ahí se acabó el cuento. Hubo un tercer gol, de Chota, que ganó un balón dividido en la frontal a Richard y disparó fuera del alcance de rojas. Tanto el defensor, como el portero, ambos tantas veces reverenciados por nosotros, pudieron hacer algo más, pero el partido había terminado hacía un rato.

 El epílogo mostró a un Puertollano orgulloso, que no renunció al ataque pero fue víctima de su propia impotencia.

PELIGROSO COQUETEO
 
 Hasta hace un par de semanas, la racha era preocupante, ahora es calamitosa. El equipo necesita tres puntos como el comer y no porque estos signifiquen la salvación, para eso se necesitan más, pero al menos pueden suponer un empujón de moral que cambie el rumbo de un equipo muy desorientado y que empieza a coquetear con la zona baja.

 La realidad ha dictado que el equipo no estaba para ascender pero tampoco está para luchar por el descenso, esperemos que la propia inercia de la liga deje a cada uno en su sitio por el bien de la UD Puertollano. No estaría mal poner una foto del campo de Torrijos en el vestuario por si pudiera servir de motivación.



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