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Estadio Sánchez Menor.Terreno de juego en buenas condiciones. Tarde soleada. Aproximadamente 3000 espectadores. Televisado por CMT2.
Árbitro: Vicente Pintado Calero. Mostró Tarjetas amarillas a Germán, Granada y Raúl Fernández (2) por el Puertollano y a Juanma Pérez, Pepe, Milla y Choco por el Granada 74.
Goles: 0-1 Min 4, Ortiz; 1-1 Min 67, Tariq; 2-1 Min 76, Granada; 2-2 Min 93, Molina.
AL PUERTO SE LE ACABAN LAS BALAS
La UD Puertollano se deja dos puntos en casa y con ello casi todas sus opciones de entrar en Play Off
Se acabó. Las matemáticas no dan por eliminado al Puertollano de la lucha por el ascenso pero sí lo hace la lógica. La UDP se ha dejado empatar. No se puede describir de otra forma. Lo ha hecho ante un equipo que ha afrontado su penosa situación con una dignidad encomiable. El Granada 74 venía a Puertollano con muchos problemas económicos, un mal común, y con menos gente que un equipo de la liga local un domingo por la mañana. Tan solo un cambio, Sergio Molina, que al final se convirtió en protagonista de la noche y héroe para los suyos. Los granadinos se han acercado únicamente tres veces al marco de Calleja y apenas la han olido en todo el partido pero para ellos lo único importante era sobrevivir y lo han hecho. De las tres llegadas, dos dentro.
En las antípodas, los azules, a los que hoy García Tébar había engalanado con un disfraz de equipo alegre y ofensivo aprovechando las carencias del rival. Se noto apenas comenzar. Un minuto tardó Valdés en marcar el primero para los locales y medio segundo el asistente en señalar un fuera de juego inexistente. Tampoco el arbitraje ha estado a favor de obra.
Entretanto, el Granada 74 se encontró a los cuatro minutos con una faltita al borde del área. Ejecutó Ortiz y, con la colaboración de un componente de la barrera azul, se coló a la izquierda de Calleja. Los granadinos, probablemente el equipo con menos peligro de todos los que han visitado este año el Sánchez Menor, se habían puesto por delante y la sensación que quedaba en el ambiente es que la remontada era cuestión de tiempo. De tiempo y de puntería.
MUCHO DOMINIO SIN PUNTERÍA
Curiosamente, ambas cosas dejaron de lado hoy al Puerto, el tiempo y la puntería. Los minutos duraban cincuenta segundos, y la portería visitante y su ocupante principal parecían los de un partido de hockey hierba a ojos de los jugadores azules. El asedio era constante e improductivo pero al menos nos encontrábamos de nuevo con el mejor Valdés, que aprovechó la autopista que el Granada 74 había construido en su banda izquierda. Una y otra vez, el interior madrileño entraba con poca oposición y la que tenía se la ventilaba a base de clase y velocidad. Ya le habían anulado un gol y le mangonearon un penalti provocado por el mismo antes del primer cuarto de hora. Antes ya había avisado Germán a pase de Tariq, que, como siempre, se hartaba de crear fútbol cerca del área.
Las ocasiones locales se sucedían y Camacho comenzaba a ser el mejor de su equipo. Le sacó una a Pomar en un remate increíble del lateral después de una jugada de estrategia y antes del descanso, se interpuso un par de veces entre Tariq y el gol. Y eso es pasarse de valiente.
La derrota parcial del intermedio se veía aún con media sonrisa y tranquilidad porque la superioridad local era evidente. O Los nervios aparecían por el paso de los minutos o los goles llegarían casi sin querer. Así llegaron, por cierto.
LLEGÓ LA REMONTADA
El derroche de oportunidades continuaría en el comienzo de la segunda mitad. A Raúl Medina le sacaron un balón bajo palos y Valdés no encontró un pie bendito que rematara una jugada gloriosa. En estas, el Granada 74 dio otro pequeño zarpazo. Ortiz aprovechó el pasillo defensivo local para plantarse ante Calleja y cruzarle demasiado el balón. Habría sido mucho premio.
Como decíamos, el gol del empate llegó casi sin querer. Saque de esquina que ejecuta Encinas y después de un barullo en área pequeña el balón acaba en los tres palos. El colegiado se lo adjudicó a Tariq y las cámaras no aclaran demasiado, quizás Honorio. Subió al marcador que era lo importante.
Antes del segundo gol, Camacho volvió a erigirse en héroe de su equipo desbaratando dos ocasiones más. Primero un disparo de Pomar tras dejada de Tariq y después un cabezazo de éste último. También estuvo fino en el chut de Germán que precedió al gol e incluso tocó la bola cuando Granada la mandó a la red.
SORPRESA FINAL
Y a partir de ahí el Puertollano se convirtió en el equipo pequeño. Resucitó al Granada 74 en lugar de rematarlo. A pesar de que tenía el banquillo repleto, el entrenador local prefirió guardar los cambios para perder tiempo. El visitante sacaba al campo a su único hombre útil de remplazo y mientras, Raúl Fernández, defensa fijo para Tébar en todas sus alineaciones, dejó mal a su valedor inmolándose a un metro de la línea de banda.
En muchas ocasiones, los equipos pequeños son castigados de la forma más cruel y así lo hizo el Granada 74. Molina apareció en la línea de tres cuartos y loco de alegría por no ver azules a su alrededor, lanzó un disparo seco y raso desde veinte metros ante el que no pudo hacer nada Calleja, o a lo mejor sí.
Un empate, probablemente inmerecido en el conjunto del partido, pero el Puerto cavó su tumba con los errores propios y no con los aciertos ajenos, que nadie lo dude.
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