DOS GOLES, TRES PUNTOS Y EL AMIGO DE ZIDANE
La UD Puertollano vuelve a la victoria ante un colista que dejó buena imagen.

 

 Hoy ha marcado Tariq y hoy ha ganado la UD Puertollano. Lo primero no es noticia, lo segundo sí lo es porque hace más de un mes que no se producía. Un mes en el que se han visto lecciones de fútbol ante los tres primeros de la liga en tres partidos sin premio. El Puertollano siempre era alabado por los entrenadores contrarios que, con media sonrisa, auguraban un futuro espléndido a los azules mientras se llevaban el zurrón lleno de puntos. 

 Hoy, por fin, han cambiado las tornas. El Puertollano no ha hecho gran cosa y la Balona ha sido mejor de lo que esperábamos, pero los puntos se los han llevado los azules en dos zarpazos y poco más. La Balompédica Linense tendrá muchísimos problemas. Tienen cierto talento y una inoperancia alarmante en ataque. Un lastre difícil de llevar durante mucho tiempo. Hoy ha disfrutado, al menos, las mismas ocasiones que los locales, pero ha dado la sensación de no poder marcar ni jugando hasta la semana que viene.

MAL PRIMERA MITAD

 La UD Puertollano ha jugado, con toda seguridad, su peor primer tiempo de la temporada. Todo psicológico. Por un lado, ansiedad por la victoria. Por el otro, un rival que atenazaba su línea de creación. La consecuencia: un abuso inusitado del balón largo propio de otras épocas y casi olvidado del Sánchez Menor. A Dios gracias.

 Ahora bien, si la UDP era victima de la ansiedad, la Balona era la ansiedad en estado puro. No tienen malos jugadores los del campo de Gibraltar. De hecho, algunos son bastante buenos para esta categoría, pero parecen víctimas de una maldición. Claro ejemplo la primera oportunidad clara del partido. Una mezcla de virtuosismo y humor. Juli Ferrer hace una pared al borde del área con rabona incluida y Manrique, delantero que habría hecho hoy un gran partido de Rugby, mandó alto. La primera parte había llegado a su ecuador entre bostezos y la genialidad de Ferrer unida a la inoperancia de Manrique nos quitaron las legañas.
También se las quitaron a los jugadores locales que respondieron al minuto con una oportunidad parecida. Valdés se internó frenético hacia la portería y disparó dos veces. En ninguna de las dos acertó, una por el acierto de David Pérez y la otra por falta de puntería. No hubo ocasión de comprobar si a la tercera hubiera sido la vencida. Antes del descanso dio tiempo a que Manrique mostrara otra vez sus virtudes en el área rival desaprovechando un dos contra Manu Arias. El central cortó el balón de forma providencial.

EL ENTRENADOR PSICÓLOGO

 Benito Floro introdujo la figura del psicólogo en el fútbol. Maestre ha dicho que la terapia que ha impuesto en el descanso a sus jugadores ha sido psicológica. En tiempos de crisis hay que ahorrar un sueldo, que diría un empresario, y la figura del entrenador psicólogo ha funcionado. Dos latigazos en el primer cuarto de hora de la reanudación han sentenciado la tarde.

 El primero en el minuto cincuenta, de Germán. El lateral cazó un balón suelto al borde del área y fusiló la portería rival. David Pérez ni la vio llegar. Hubo un amago de sentencia ocho minutos después en una jugada que sí recordó al Puertollano de otras semanas. Valdés, Granada y Germán practicaron el billar a tres bandas. El pase de la muerte le llegó a Tariq que mandó a las nubes desde el borde del área pequeña. Hubo aplausos. Pudieron ser para la bonita jugada o para el consuelo del delantero al que se le perdona todo. Como no podía ser de otra forma.

TARIQ, EL AMIGO DE ZIDANE

 Porque Tariq puede fallar una pero difícilmente fallará dos. Zidane no es amigo de cualquiera. En el minuto sesenta y uno, Valdés bota un saque de esquina y el diecinueve cabeceó a la red en una imagen que ya empieza a ser habitual. Comentan desde Marsella que a Zinedine ya le llaman “El amigo de Tariq” 

 Hasta el final poco más. El Puertollano había ganado el partido de forma aseada y la Balona se hundió un poco más. Tuvieron una ocasión para acortar distancias pero Capi picó mal ante un Calleja batido. Y dio tiempo para que Tariq se marchara entre ovaciones. Dure lo que dure, el delantero ya se ha ganado un sitio en la historia azul.

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