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Liga: Jornada 4 Grupo IV
  • Calleja
  • Pomar
  • Germ�n
  • Rojas
  • Manu Arias<66
  • Granada
  • Hern�ndez
  • Honorio
  • Tariq<78
  • Vald�s<67
  • Encinas
  • Ra�l Fern�ndez>66
  • Ortiz>67
  • Ra�l Medina<78
  •  
  • Jacobo Maestre
3
1
 
  • Arturo
  • David Llano<46
  • Pedro
  • Ra�l Pichardo
  • Requena
  • Angulo<46
  • Jes�s Rubio
  • Jano
  • Fernando
  • Mario
  • David Hern�ndez<59
  • Oscar Rodr�guez>46
  • Luna>46
  • Aitor Ramos>59
  •  
  • Pedro Buenaventura
 
Incidencias

Estadio Sánchez Menor.Terreno de juego demasiado blando debido a la lluvia del día de hoy. Tarde nublada Aproximadamente 3000 espectadores.

Árbitro: Martínez Montoro (Madrileño). Mostró tarjetas amarillas a Manu Arias y Granada por el Puertollano y a Arturo, David Llano, Mario, Luque y Oscar Rodríguez (2) por el Écija.

Goles: 1-0 Min 3, Tariq; 2-0 Min 53, Granada; 3-0 Min 58, Tariq (p); 3-1 Min 70, Jano.


No se ha podido escoger mejor momento para romper una maldición. La UD Puertollano ha cerrado este  fin de semana festivo como merecía, con fuegos artificiales. Hacía siete meses y medio que los aficionados no terminaban el domingo con una sonrisa en la boca y hoy, a la salida, las sonrisas eran propiedad de los habitualmente menos expresivos, el resto disfrutaba de la algarabía general. Porque la victoria ha sido la consecuencia de un trabajo perfectamente milimetrado. Corte y confección. Una obra casi perfecta. 

 Desde el primer momento se ha jugado al dictado del Puertollano. La superioridad ha sido tan evidente que parecía que hasta el gol de los visitantes se marcó en el instante que quisieron los azules. En definitiva, el Écija asumió pronto su papel de actor secundario porque hoy los focos apuntaban a una sola dirección.

COMIENZO ARROLLADOR

 Probablemente deslumbrados por el acto del viernes, los jugadores salieron con el “Puertollanismo” metido en vena. Tres minutos bastaron para que el Écija conociera a Tariq. Jugador que en Wikipedia sale definido como “El que nunca falla”. Un balón en profundidad y botando. Para un delantero eso debe ser el regalo perfecto. Tariq lo certificó con un trallazo en semivolea que Arturo solo pudo mirar con consternación. 

 Acto seguido, el Écija estrelló un balón en el larguero y fue a la vez debut y despedida del equipo astigitano. El Puertollano se adueño del balón, del juego y de las ocasiones. Llegaban una tras otra y al mismo ritmo se mandaban al limbo o se estrellaban contra Arturo, que intentaba salvar el honor de los suyos.

 En el Puertollano nadie desentonaba. Habían cambiado las piezas – no estaba Raúl Medina y volvía Honorio- pero el rompecabezas seguía encajando. Una defensa solvente y un centro del campo rocoso y creativo. Allí estaban los meritorios, las estrellas y las ranas convertidas en princesas. Si había que poner un pero, ese era que aún no se había matado el encuentro. El fantasma de Linares todavía pululaba en el ambiente. También hubo tiempo para alguna polémica, gol anulado al Écija por fuera de juego y penalti claro a Manu Arias por un agarrón en un saque de esquina, pero esto era un tema secundario en medio de tanta juerga.

EL PUERTO MATÓ EL PARTIDO EN LA SEGUNDA MITAD

 Afortunadamente para los azules, el panorama no cambió en la segunda mitad. Buenaventura hizo dos cambios pero el resultado no fue el que él esperaba. Apenas unos minutos después de la reanudación, Granada resolvió con maestría una jugada magnífica de Encinas, que definitivamente ha decidido enviar a casa a su gemelo el malo. Cinco minutos después, se confirmaba que hoy sería un día estupendo para acabar con la maldición. Tariq transformó un penalti cometido sobre el mismo y agrandó su cuenta goleadora y su leyenda de matador.

 Alternado con los goles, el Écija se quedó con uno menos. Oscar Rodríguez convirtió su estancia en Puertollano en efímera. Su paso por el Sánchez Menor duró dos patadas.

 El partido estaba terminado y ahí Jacobo decidió dar descanso y oportunidades. La intensidad bajó un punto y el Écija ya había presentado su dimisión si es que alguna vez estuvo. Sin embargo, un error de un Calleja que se había quedado frío, sirvió a los astigitanos para maquillar el resultado.

 Hubo más ocasiones para redondear la faena, pero ninguna cuajó. Nos quedamos con las ganas de que Honorio, ese pequeño genio, terminara su obra de arte creada en el minuto 73 con un golazo, pero su remate emborronó la belleza de su jugada.

 En un día en el que las peñas se comieron un buen caldero el Puertollano se merendó a un irreconocible Écija. ¡Ah! Por cierto, puede que el entrenador haya tenido algo que ver con todo esto.

 

 

 

 

 

 

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