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Las féminas del Puertollano cayeron amargamente derrotadas por un gol de diferencia ante un conjunto conquense que pisó el césped artificial con el pleno convencimiento de llevarse consigo los tres puntos del encuentro y así arrebatarles la posición a las mineras y acabar con la espléndida trayectoria que estaban culminando.
LESIÓN DE VIRGINIA
Desde el pitido inicial se pudo comprobar lo equiparado de los dos rivales. Se disfrutó de un juego rápido, técnico, con una tensión que se contagiaba en las gradas. En el min. 9 Esther abre la lata local con un merecido tanto producto de su tesón: corre, lanza, la meta campillana rechaza y es entonces cuando no perdona. A los 20 minutos Virginia, situada por delante de la línea defensiva, debe abandonar el campo por una lesión de rodilla. Algo que la tendrá alejada de los terrenos de juego al menos 10 días, lamentablemente para el conjunto. Pero Fernando reestructuró al equipo y Coral entró con mucha fuerza para evitar dejar vendida su zona. Aroa desaprovecha una estupenda ocasión de subir el segundo y tranquilizar al banquillo sola ante la guardameta después de escribir la parte difícil de la historia. Y en el min. 30 las conquenses, que no perdieron la compostura, igualan el luminoso, ganándole la posición a las defensas industriales.
Era difícil aterrizar en campo contrario, en las dos pistas por igual. Los lanzamientos visitantes eran lejanos y predecibles, los locales simplemente, no eran. La primera parte finalizó con tablas en todos los sentidos: goles, faltas lanzadas en campo contrario y saques de esquina, datos que demuestran lo igualado de la contienda.
LA SEGUNDA MITAD: DESASTROSA
Pero la segunda mitad, que en otras ocasiones ha estado repleta de elogios y palmaditas en la espalda, en esta ocasión sólo tiene un calificativo: desastrosa. En todos los aspectos: deportividad, afición y arbitraje.
En el min. 2 Vanesa manda un pase atrás y Yébenes, entendiendo un rechace, se hace con el balón. El colegiado bien interpreta cesión ordenando el lanzamiento de falta indirecta en el borde derecho del área. Con un disparo raso tocando el palo izquierdo, y por fortuna para las visitantes, se transformaba en gol. Locura conquense y desánimo puertollanero. A partir de entonces el marcador no se movería, aunque sí lo harían el tarjetero del colegiado, los ánimos de las que iban perdiendo y la tranquilidad de las que iban ganando. Esther tuvo un mano a mano de nuevo con la cancerbera campillana pero no pudo culminar la faena en esta ocasión. Gloria era constantemente asediada y no conseguía encarar una sola jugada, ante la pasmosa mirada del árbitro.
ACABAR ENTRE LOS CINCO PRIMEROS PUESTOS
Por otra parte, el entrenador visitante, en dos de los saques de banda cercanos a su banquillo, se hacía con el esférico retrasando el encuentro, algo incomprensible y que, desafortunadamente caldeó los ánimos de la grada y de las jugadoras locales. El resultado fue un conjunto blanquinegro salido completamente del objetivo a cumplir, que era darle la vuelta al marcador y demostrar con buen juego que no importan las decisiones arbitrales si se consiguen hacer goles. La presión no fue buena medicina en esta ocasión y las conquenses ganaron un encuentro que supieron leer a la perfección.
Restan 4 partidos de liga. El próximo sábado las muchachas viajan a tierras albaceteñas para enfrentarse el líder e invicto Albacete. La empresa resulta harto complicada pero estas chicas saben luchar y deben trabajar duro para concluir la temporada entre las cinco primeras y así poder disputar el Trofeo de la Junta de Comunidades, oportunidad que le arrebataron la anterior temporada, razón de más para considerarlo fin principal como recompensa a todo su esfuerzo.