Documento sin título
17/07/08 Jes�s Rivilla analiza la temporada pasada del BMP

El que fuera técnico hasta hace un par de meses del Balonmano Puertollano, Jesús Rivilla hace una reflexión sobre la temporada que según él mismo "escribí hace tiempo. Para mi ha sido un gran ejercicio de desarrollo personal. Este equipo era, en mi opinión, un equipo ganador, por eso superamos LA MÁS DIFÍCIL DE LAS PRUEBAS: SALIR DEL POZO"


EL BALONMANO MEJORA A LAS PERSONAS

El Gran Cambio

¿Puede un equipo superar “obstáculos” que le han sido infranqueables a lo largo de meses?, ¿se puede experimentar una transformación total en una sola semana?, ¿es posible revivir, deportivamente hablando, tras meses en coma? El sufrimiento es, a veces, preludio de grandes avances...

Tengo por costumbre hacer una valoración pública de la temporada una vez esta ha concluido y he tenido tiempo de reflexionar sobre ella. ¿Por qué no hacerlo de la que termino hace ya unos meses? Mucho más cuando ha sido la más peculiar de cuantas he vivido como entrenador: la más exigente, la más difícil, la más problemática y, en la misma medida, la más enriquecedora en cuanto a la búsqueda de soluciones a problemas complejos que transcienden fuera del campo.

Precisamente deseo contar las lecciones aprendidas a través de esta temporada. Centrarme en cómo este equipo, durante esta brutal temporada, me ha enseñado principios fundamentales de la vida que me ayudan a vivir mejor.

Mi reflexión no versará del arduo trabajo que tuvimos que llevar a cabo para la confección de la plantilla; ni de cómo se truncó la progresión de un equipo que en pretemporada “tuteó” durante 30 minutos al Edenca (equipo que ha ascendido a ASOBAL) y perdió de dos goles contra Guadalajara (campeón de 1ª Nacional y ascendido a DHB). Creo que estos temas ya han sido tratados reiteradamente, más incluso de lo que me hubiera gustado. De hecho, reconozco que yo mismo he contribuido en exceso a hablar de estos temas extradeportivos que poco aportan a la mejora del Balonmano de nuestra ciudad.

La cuestión que me importa en este momento es cómo es posible que un equipo que lleva ¡3 meses! sin conocer la victoria levante el vuelo y cambie su dinámica; cómo un equipo perdedor es capaz de cambiar. Nosotros cambiamos y ¡de que manera!: 9 puntos de 12, empatando en Puente Genil donde nadie había puntuado en la 2ª vuelta, ganando con solvencia a rivales que poco tiempo antes parecían de otra liga e imponiéndonos en La Cañada en lo que fue NUESTRA GRAN FINAL.

He tenido la enorme suerte de vivir por dentro LA GRAN TRANSFORMACIÓN. He aquí mi particular homenaje a “EL EQUIPO QUE SE CONVIRTIÓ EN GANADOR DURANTE SEIS SEMANAS”.

¿Por qué y cómo ocurrió? La respuesta, como siempre, es compleja y dependerá de quien la analice pero mi opinión es esta: EL ESTADO DE ÁNIMO MARCA EL RENDIMIENTO más que cualquier otro factor. Cuando un equipo es capaz de conjurarse en torno a una sola meta, olvidándose de todo lo demás (las derrotas pasadas, los problemas pasados, el entorno que le recuerda que son perdedores, lo extradeportivo,…), el éxito no tarda en llegar. Estos jugadores nos han dado varias lecciones para ser más felices:
- Por muy malo que sea el pasado, lo que importa es lo que hagas hoy. La culpa, la condescendencia o la autocomplacencia son un enorme lastre. Nosotros estuvimos gran parte de la temporada diciéndonos cada semana “con estos problemas es muy difícil que el equipo vaya bien”, “como somos jóvenes y el equipo es totalmente nuevo nos las están dando todas”, “el entorno perjudica nuestro juego”,… hasta que llegó el momento en que el equipo gritó: ¡BASTAAAAAA! Lo importante somos nosotros; nosotros sabemos que podemos lograrlo si estamos centrados, si tenemos la determinación y la confianza necesarias. El ayer no importa porque hoy somos diferentes.
- Hablar de los problemas demasiado atrae más problemas. Creo que todos, yo el que más, hemos aprendido que darle muchas vueltas a lo mismo no sólo no es beneficioso sino que genera otros problemas que anteriormente no estaban. La lección es clara: cuando tengas un problema, háblalo, busca una estrategia de solución y ponte en marcha. La solución no es hablar del problema sino actuar para solucionarlo. Y si la solución no es la adecuada, busca otra pero no sigas hablando de lo mismo. Esto ocurre en todos los ámbitos ya sean deportivos o no, a nivel individual o colectivo. Para nosotros fue vital aprenderlo.
- Lo único que importa es que tú creas en ti mismo. Tras tres meses sin ganar, pocos creían en nosotros y la confianza del entorno era cada vez menor hasta que hubo un momento donde prácticamente “nadie daba un duro por nosotros”. ¿Y qué? Nosotros mismos sí que creímos en ello, nosotros nunca hicimos nuestro ese mensaje derrotista, nunca pensamos que éramos perdedores.
- Preocuparte por cuestiones que no puedes solucionar te hace descuidar los aspectos sobre los que si puedes actuar. Voltaire dijo “las personas que se pasan el día hablando del jardín del vecino, descuidan el suyo propio”. ¿Cuánto tiempo hemos pasado hablando de problemas que no nos concernían, que no eran nuestra responsabilidad? El momento del cambio coincidió exactamente cuando decidimos preocuparnos sólo de nosotros y de nuestro juego.
- …

Me permito insistir, aunque sea repetitivo, que estos cambios llegaron cuando la situación extradeportiva estaba en su peor momento, eso lo hace más meritorio. Recuerdo muy bien cuando varios jugadores, tras varias charlas sobre el camino que debíamos seguir, me llamaron para comunicarme la gran noticia: “hemos decidido afrontar lo que resta de liga sin mirar atrás ni alrededor, sólo nosotros. Y sabemos que lo lograremos porque trabajaremos más y mejor que nadie; porque nadie lo desea tanto como nosotros”

Se me ocurren varios ejemplos más, hay miles, pero estos cuatro “pilares” fueron, en mi opinión, fundamentales para el renacer del equipo. Estas cuatro enseñanzas me sirven cada día y forman parte del gran legado que ha dejado este gran equipo.

Se, al igual que mucha gente, que en otras condiciones y con continuidad en el trabajo hubiésemos aspirado a ser mucho mejores. Pero quizá entonces estos principios no hubiesen emergido con tanta fuerza y seguro que tampoco hubiésemos saboreado UNA FINAL como la de “La Cañada”.

No puedo terminar sin expresar mi agradecimiento a LA AFICIÓN que consiguió llenar el pabellón en las dos últimas jornadas, cuando más lo necesitábamos, sin importar que el equipo marchara en penúltimo puesto.

Sin duda, las entidades privadas y, por supuesto, las públicas deberían reflexionar sobre el apoyo que ofrecen a nuestro deporte ya que debería relacionarse directamente con la gente que moviliza en afición y práctica deportiva. Y yo me permito recordar que, además de una gran afición fiel en los momentos buenos y también en los malos, poseemos el mayor número de equipos de niños de toda la comunidad.

Es justo agradecer públicamente al Club la confianza que en su día me brindó. Les envío todo mi ánimo para que sigan luchando por resolver los problemas del Club así como para que sea mejor cada año. Ojalá la próxima temporada depare emoción en la pista y tranquilidad fuera.

Jesús Rivilla
Ex entrenador del Balonmano Puertollano