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Liga: Jornada 21 Grupo IV
  • Rojas
  • Amores
  • Candela
  • Manu
  • Richard
  • Juli<46
  • Encinas<46
  • Vald�s
  • Gallo>66
  • Aitor
  • Andr�s Ramos
  • F. Marchiori>46
  • Carlos Sanz>46
  • Villa<66
  •  
  • Manolo Hierro
0
1
 
  • Ja�regui
  • Robles
  • Vicente
  • Azparren
  • �ngel Robles
  • Chando<64
  • Ramos
  • Manu Busto<65
  • Olivares
  • Tarr�s<89
  • Micro
  • Epiti�>64
  • Ador>65
  • Rueda>89
  •  
  • Miguel �lvarez
 
Incidencias

Estadio Sánchez Menor.Terreno de juego en malas condiciones. Temperatura casi primaveral, al menos mientras ha durado el sol. Aproximadamente 4000 espectadores. Se le hace entrega a Richard del trofeo que le acredita como mejor jugador del mes de diciembre en el Trofeo de la Peña Ilusión Azul.

Arbitro: Yáñez Megías del Colegio Andaluz. Amonestó a Aitor Goñi, Manu Arias y Andrés Ramos por los locales y a Jaúregui, Ángel Robles, Manu Busto, Olivares y Micro (2) por los visitantes.

GOLES: 0-1: Min 29, Tarrés.

SIN PODER DE REACCIÓN
La UD Puertollano cae en un mal partido ante un Lorca muy defensivo 



 El Puerto se ha vuelto a estrellar ante su público. Hierro ha perdido su imbatibilidad al frente del banquillo y los azules, que  regresaban al Sánchez Menor con la sensación de que ya habían metido la directa, han puesto el freno a su racha en el peor sitio posible: su propia casa.

 La cosa no pintaba bien desde el principio. Uno de los jugadores más en forma del Puertollano, emblema de la remontada de los últimos encuentros, se rompía sin salir a jugar: Vicente se fue del calentamiento directamente a la ducha y Juli recuperó su puesto de antaño. El efecto dominó quiso que Carlos Sanz pasara de comer pipas junto a Pavone a convertirse en posible revulsivo. Tampoco me gustaba el victimismo que había traído el Lorca como compañero de viaje. Nunca hay que fiarse de las mosquitas muertas sobre todo si tienen uno de los presupuestos más altos del grupo y proceden de la segunda división, al final suelen tener un aguijón más afilado que una avispa. Pero lo que menos me gustaba era el terreno de juego. Nos constan los esfuerzos por mantener el piso del Sánchez Menor en condiciones, pero nos estamos acostumbrando a que el balón dé unos siete u ocho pequeños botes en cada envío raso. No debemos caer en la tentación de echar la culpa al empedrado pues el escenario es compartido por ambos equipos pero el terreno de juego se convierte en un hándicap más en cada partido.

PARTIDO SOSO
 
 El espectáculo comenzó insulso y así se fue manteniendo hasta el final. Únicamente salpicado por algunos destellos aislados y por el don de la ubicuidad que tiene el hiperactivo Valdés, uno de los pocos que se habían dado cuenta de que había cuatro mil almas en el campo aunque se oyera más el ruido de las pipas. Su compañero de banda, Amores, también lo intuyó y quiso sacar del letargo al público en una bonita jugada por banda derecha mediada la primera mitad, se fue de dos marcadores y lanzó desde el vértice con mucha intención pero se marchó rozando el palo.

 El Lorca había renunciado al ataque casi desde el comienzo, debieron pensar que el espectáculo tenía que darlo el otro equipo y esperaron pacientemente a que alguno de sus arrebatos tuviera premio. Lo tuvo en el minuto veintinueve, en una bella jugada por banda derecha que finalizó de disparo seco Tarrés. Rojas, que había batido el record de imbatibilidad del club en segunda B, no pudo hacer nada para impedirlo y con ello dijo adiós, de momento, a la posibilidad de conseguir el record en todas las categorías. Menos presión.

 Cinco minutos más Tarde, Valdés entró como una bala en el área aprovechando una dejada de Andrés pero Jáuregui respondió con solvencia. Fin de la reacción, porque en el resto del partido no hubo ni un ligero atisbo de que el empate iba a llegar.

 DEBUT DE MARCHIORI

 Comenzó el segundo acto con movimiento en los banquillos. Marchiori y Carlos Sanz entraron por Juli, que ha dado la razón a Manolo Hierro con su actuación de hoy, y Encinas, al que aún seguimos esperando y cada vez con más impaciencia. Hoy no fue el día de ninguno de los dos.

 Tampoco los cambios surtieron efecto. Carlos Sanz intentó la revolución con poca fortuna y a Marchiori apenas lo vimos, probablemente desconcertado entre el estruendo de las pipas y el extraño bote del balón.

 Lo que debió ser un constante asedio de los azules se convirtió en un apagón de juego y nulo poder de reacción. Hasta Valdés pareció venirse abajo. Mientras, el Lorca a lo suyo, es decir, nada. Bendijo a la suerte en la única llegada que tuvo y esperó más generosidad en algún contragolpe. Por suerte, la defensa contuvo con corrección alguna tímida llegada visitante.

 Al final hasta hubo tiempo para la polémica. Andrés marcó en el ochenta y tres pero el asistente señaló posición antirreglamentaria y poco más tarde cayó en el área y el árbitro lo amonestó por simulador. La televisión nos sacará de dudas en ambos casos.

 La parte más positiva es que el equipo sigue a tres puntos (¡Qué gran ocasión perdida!) y que una derrota cada seis partidos es una media excelente. Tan solo rezamos para que esta pequeña chincheta en el camino no frene la euforia.


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