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Estadio El Rubial, tarde soleada y terreno de juego en regulares condiciones. La UD Puertollano viste con pantalón blanco y camiseta roja. Buen ambiente en las gradas con nutrida representación de la afición de Puertollano.
Árbitro: Yáñez Mejías. Amarillas a Germán, Hernández, Raimond, Tariq y Juanjo por los locales y a Amores, Carmena, Manu Arias y Candela por el Puertollano. Expulsó a Alfonso en el minuto 98.
Goles: 1-0, Min 17 Navarro; 1-1, Min 29, Valdés; 1-2, Min 64 Conget (p); 2-2, Min 78 Honorio.
UN PUNTO DE ORO
La UD Puertollano da por bueno el empate y se aleja un punto de la zona de descenso
En teoría, la victoria era el único objetivo del viaje a Águilas. La realidad es que el punto se puede considerar bueno vistas las circunstancias. El Puertollano fue capaz de remontar un gol en contra pero decidió guardar la ropa y le acabaron empatando. Decidió además conservar el empate y acabó sufriendo en un partido que parecía que no iba a tener fin.
Porque hoy toco el árbitro que añade de verdad lo que se pierde y no los tres minutos estándar. Curiosamente, le ha tocado a la UD Puertollano y el valiente ha querido prolongar diez minutazos el sufrimiento. Al final se mantuvo el empate y el corto botín le sirve al Puertollano para no bajar puestos, para alejar un punto más el fantasma del descenso y para alejarse dos más de la promoción de ascenso. La proporción de lo conseguido hoy deja a las claras las aspiraciones de la temporada actual.
VEINTE MINUTOS AGÓNICOS
Porque los últimos veinte minutos, tiempo añadido incluido, han sido de verdadera agonía. El Águilas, después del empate, estaba volcado en la portería de Rojas. Ocasiones claras tampoco hubo muchas pero se vivía permanentemente en los treinta últimos metros del campo visitante. Lo positivo, que la defensa estuvo en su sitio y que los locales fiaron su reacción al empuje y no a la cabeza: Balones aéreos que se resolvían con solvencia, faltas al borde del área (alguna más dentro que fuera) que los murcianos no aprovecharon y un par de disparos desde la frontal que quedaron en nada por culpa de Rojas o la mala puntería local. Minutos en los que el Puertollano renunció a conseguir otra cosa que no fuera un punto a no ser que sonara la flauta en algún contragolpe. Pero amigos, el punto está a precio de oro.
ZARPAZOS
Hubo setenta y ocho minutos antes, sí, no nos habíamos olvidado. Fuero setenta y ocho minutos en los que el protagonista fueron los zarpazos (golpe dado con la zarpa). Dos de ellos fueron los goles locales. Con el que se adelantaron, de Navarro en el minuto diecisiete, y con el que empataron a dos, de Honorio en el setenta y ocho.
Entre uno y otro llegó el más sutil de Valdés que supuso el empate a uno. El centrocampista lanzó directa a puerta una falta lateral que todos los del Águilas (y alguno de Puertollano) pensaban que iba a ir a la olla. Pero el jugador de la UD Puertollano fue más listo que nadie y la coló.
Todo esto, junto con el dudosillo penalti que marcó Conget, adelantando al Puerto en el minuto sesenta y cuatro, compone el plato principal del partido de hoy. La chicha, vamos.
EL RESTO
También está la guarnición. Aquello que uno se come tan solo si está hambriento. Eso ha sido el resto del partido, que estuvo protagonizado por el centrocampismo y la ansiedad en ambos equipos. Pocas llegadas al área, alguna indecisión en defensa y poco más. El Puertollano, al menos, mostraba pujanza por la banda derecha, donde Amores y Valdés dejaban ver cierta profundidad por su costado.
Se puede decir que había algunas llegadas por ambos equipos: algún centro al área, algún balón parado que tantos disgustos causó la pasada semana y poco más, pero ocasiones claras, de esas que parecen imposibles de fallar, ninguna. Quizás lo más parecido fue una repetición de la desgraciada jugada del primer gol del Cartagena en el minuto cincuenta y dos. Por suerte para el Puertollano, no terminó de la misma forma.
EL VASO MEDIO LLENO
La conclusión es bien sencilla. Depende de cómo queramos ver el vaso. Si se ha modificado el nivel de exigencia y objetivos, entonces el vaso está medio lleno. Si se consigue una buena racha de resultados, comenzando por un Mérida que ha goleado al Linares, se podría volver a cambiar ese nivel de exigencia. De momento, seguiremos mirando la parte de abajo, la que en las clasificaciones colorean de rojo.