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Mañana soleada en el Estadio Sánchez Menor. Como siempre buena entrada, casi cuatro mil espectadores a los que no les afectaron la feria o la televisión en directo. Cesped en cada vez mejores condiciones lo que es una mágnífica noticia. Borrallo actuó como capitán en los azules.
Arbitro: López Acera, auxiliado por Moruna Gala y Sánchez Fernández. Extremeños. Mostraron tarjetas a Amores, Andrés Ramos, Juanma y Dupi por el Puertollano y a Jaime (2), Padín y Dacosta por el Orense.
Goles: 0-1, min 55: Jaime; 1-1, min 61: Andrés Ramos, 2-1, min 68: Esparza (p); 3-1, min 86: Borrell
SPRINT FINAL HACIA EL ASCENSO
El Puertollano demarra hacia la meta. Como los buenos sprinters, está colocado en la mejor posición para disputar la “volata”. Ha estado allí desde el comienzo de la liga, agazapado, esperando el momento para dar el hachazo y, en perfecta imitación a la liga de las estrellas, los rivales se divierten participando en el concurso “A ver quien lo hace peor”. Por otro lado, sin desmerecer la valía más que demostrada del cuerpo técnico y jugadores, como en todo equipo tocado por la varita mágica, se cuenta con una flor, incluida en el trasero, que crece sin necesidad de abono.
Flor que ha exhibido todo su esplendor en una primera mitad que se habría perdido en el olvido más profundo si no llega a ser porque el equipo visitante dio un recital de juego y desastrosa puntería, todo a la vez. El buen juego y la mala puntería deberían ser como agua y aceite y nunca mezclarse, pero casi siempre acaban siendo café y leche.
El Puertollano saltaba al campo con una defensa de circunstancias. A la ausencia de Galán por sanción, se unió la de Richard que había estado tocado toda la semana. Bustillo, único central puro disponible unió fuerzas en el centro de la defensa con Dupi, que te vale para un roto y para un “descosío”. Tan pronto es centrocampista creador, de contención, defensa central y corresponsal de prensa, eso sí, siempre involucrado en una labor de vital importancia.
El Ourense, que daba la sensación de ser un equipo de clase tremenda y aspecto decaído, se plantó en el campo con una línea central más poblada que una piscina japonesa y un defensa en la punta de ataque. Lo primero dio sus frutos, lo segundo no tanto.
LA MALDICIÓN TELEVISIVA
Parecía que el Puertollano quería finiquitar su maldición televisiva casi sin saltar al terreno de juego (que por cierto, cada vez está mejor) y en el primer minuto Carlos Sanz puso un balón franco a David Sanz, pero el cabezazo del delantero fue detenido por Taranilla.
A partir de ahí el Ourense decidió quitarse el disfraz de conejito Duracell y mostrar su verdadera cara. En el minuto cinco llegó el primer remate al palo de los gallegos, fue Aloisio en un cabezazo el que estrelló el balón en el larguero después de despejarlo Amores bajo palos. Pasado el cuarto de hora de partido, una jugada de Jaime, el mejor de los gallegos, fue rematada fuera por el central ejerciendo de ariete Antonio López. En esta jugada y en otra posterior quedó demostrado a pies juntillas aquel dicho: “zapatero a tus zapatos”.
El Puertollano lo intentaba, pero el Ourense era dueño del juego y además algún fallo puntual de los locales creaba aún más incertidumbre. Una mala cesión de Borrallo puso en apuros a Rojas, pero el meta estuvo rápido.
Rozando la media hora quedó claro que este partido lo iba a ganar el Puertollano, se había terminado la maldición televisiva definitivamente, lo que se veía sobre el terreno de juego era lo más alejado posible a una maldición. Fue cuando el Ourense decidió no marcar la oportunidad más clara del partido. Antonio López remató a bocajarro un centro de Oscar pero Rojas, que se ha convertido en el mejor jugador azul del final de la temporada, demostró su estado de gracia con una intervención prodigiosa. El Orense, como en aquel antiguo programa de televisión sobre tráfico, tuvo “la segunda oportunidad” en la misma jugada, pero se estrelló otra vez en la piedra, que esta vez respondía al nombre de Bustillo. Rojas se levantó del suelo y sin darse la mayor importancia se puso de nuevo bajo palos, “porque yo lo valgo” se le intuía decir.
También el Puertollano tuvo oportunidades, la del primer minuto aparte. David Sanz dio un buen pase en profundidad a Andrés Ramos pero respondió rápido Taranilla en su salida. Al Orense le quedaba antes del descanso una nueva ocasión marrada para maldecirse, Oscar se planta ante Rojas pero su disparo acaba rozando el palo.
EL QUE PERDONA PIERDE
Otro dicho famoso que se ha cumplido hoy. En la segunda mitad quedó demostrado pero antes hubo suspense y el Ourense se adelantó en el marcador. Fue en el minuto diez del segundo tiempo, disparo de Oscar y Jaime se aprovecha del despeje de Rojas enviando el balón, aunque parezca increíble, dentro de la portería.
El Puertollano entró en fase de arrebato y decidió acabar con cualquier resquicio de victimismo. Llegó el momento de recuperar el gol.
Lo recuperó , y lo hizo quien debía hacerlo. Centro de Esparza y Andrés peina dentro del área alojándose el balón lejos del alcance de Taranilla.
A partir de ahí se terminó el Ourense, abatido por el recuerdo de la primera mitad y observando como el público, titubeante en algunas fases, decidió dar el do de pecho arengando a los suyos. Esparza dio la vuelta al marcador en un penalti cometido sobre él mismo y muy protestado por los gallegos.
El mejor hombre del Ourense, Jaime, fue expulsado por doble amarilla y al encuentro solo le quedaba la sentencia. La dictó Borrell que, aprovechándose del disparo de Gustavo, recogió un balón dentro del área y recortando con calidad, batió a Taranilla en su estreno como goleador azul. Que cumplas muchos más.
Los equipos campeones también tienen partidos en los que la fortuna es protagonista, pero la suerte hay que buscarla y a veces puede echar una mano. El equipo no se ha ganado aún el cielo de la promoción (aunque estén cerca) pero sí se ganaron disfrutar de la feria. Un rebujito por favor.
David Vozmediano
Deportellano.