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Tarde nublada en el Sánchez Menor, en momentos apareció la lluvia. Cuatro mil espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del suegro del directivo del Puertollano Javier Barquilla.
Goles: 0-1, Min 70 Quintairos; 0-2, Min 72, Dani Ávalo; 1-2, Min 92, Andrés Ramos.
Arbitro: Palomino Nuñez, Ándaluz. Mostró tarjeta amarilla a Juanma, Dupi y Amores por el Puertollano y a Campillo en dos ocasiones por el Celta B.
LA SUERTE NO ACUDIÓ AL CENTENARIO
Como manda la tradición histórica del fútbol, un buen centenario que se precie lleva implícito una derrota. Hoy no iba a ser menos. El partido oficial número cien de Pedro Sánchez De La Nieta dirigiendo a los azules no ha servido para engordar una estadística admirable. Un resultado que no ha reflejado, ni de lejos, lo que ha sucedido en el terreno de juego. Por un lado un Puertollano creativo y generoso en el esfuerzo pero negado en los metros finales y por otro un Celta, que ha aprovechado dos de las pocas oportunidades que ha tenido en un par de minutos fatídicos para los locales. Minutos que han convertido una posible fiesta en un funeral de cuarta y que han servido para que un par de “calientaasientos” tuvieran excusa para reprochar al técnico local todavía no sabemos qué. Curioso, creía que los iluminados criticaban el presunto conservadurismo del mister pero parece ser que hoy también era el culpable de la falta de puntería.
FALTÓ EL GOL
La alineación del Puertollano contaba con la novedad de Borrel en el once. La entrada del catalán de inicio cambiaba de banda a Conget y dejaba a Carlos Sanz en el banquillo. Poca novedad en la disposición de los jugadores respecto al partido de la jornada anterior aunque sí en la iniciativa del juego, ésta fue de los azules desde el primer minuto aunque enfrente tuviera un rival más alegre que lo que dicta la tabla de clasificación.
Los primeros compases del encuentro se alejaban de cualquier tipo de racanería. El Celta B tuvo su oportunidad en un remate a la media vuelta de Quintairos y el Puertollano pudo adelantarse en un lanzamiento desde la derecha de David Sanz. Todo ello había pasado casi sin tiempo para respirar. La oportunidad viguesa ya reseñada y un disparo de Dani Ávalo con todo a su favor fue lo que dio de sí el equipo visitante en la primera mitad. El resto fue un monólogo local. Las llegadas por ambas bandas en el ataque de la UD Puertollano eran constantes pero una tras otra morían en diferentes circunstancias. Remates que se iban fuera, pases de la muerte interceptados por la defensa viguesa o Yoel y actuaciones estelares de éste en sendas oportunidades de Conget, después de una gran jugada, o David Sanz al rematar un centro de Andrés Ramos.
Se llegaba al descanso con la sensación de que el gol estaba al caer, solo había que agitar un poco más el arbol.
DOS MINUTOS MALDITOS
El segundo acto no iba a diferir mucho del primero. Como al comienzo, intercambio de oportunidades. David Sanz remata fuera un servicio de Andrés y Rojas responde de forma espléndida una remate en jugada personal de Quinteiros, el mejor jugador celtiña. La suerte volvió a vestirse de celeste en el minuto sesenta, cuando Galán estrelló en el larguero un buen remate de cabeza. Para entonces Carlos Sanz había entrado en el campo acompañado de Esparza, el primero sustituyó a Borrel, al que todavía le falta un punto, y el segundo dio descanso a Dupi que había visto para entonces la quinta amarilla.
Pero en dos minutos tontos se fue al garete todo lo hecho hasta el momento. Minuto setenta, disparo de Richi, que parecía mucho menos peligroso al salir de su bota, que a medida que se alejaba de la misma , El balón da en el palo y el rechace le llega al pie de Quinteiros rematando demasiado sólo a la red. Casi sin tiempo a digerir el mal trago, un contragolpe después de un saque de esquina azul , acaba con un remate de Ávalo ante el que no pudo hacer nada Rojas.
EN BUSCA DE LA HERÓICA
El Puertollano, que ya ha asumido sin complejos el papel de equipo grande, no arrojó la toalla y buscó la heróica, pero no era el día. David Sanz remató fuera un centro de Carlos y un poco más tarde el propio Carlos Sanz envió a la red de cabeza un balón servido desde la banda, no subió al marcador por una dudosa posición antirreglamentaria.
Ni siquiera en el descuento el Puertollano dio el partido por perdido. Andrés Ramos acortó distancias en el noventa y dos y el público, que sabe en su mayoría que este equipo es capaz de todo, siguió animando. Con el tiempo cumplido un zapatazo de Leo Bermejo dio otra vez en el palo y el rechace lo remató fuera Andrés Ramos. Hoy no era el día, los centenarios casi es mejor no celebrarlos.
Con este partido se ha demostrado que el resultadismo es cierto sólo a veces. Hoy, el aplauso final de gran parte de la afición al generoso esfuerzo brindado, ha desmontado esa teoría. El aficionado es sabio y generalmente recompensa una derrota inmerecida. Hay quien dirá que es una derrota al fin y al cabo pero a mí me sabe de otra forma que la del derby regional por poner un ejemplo. Cómo diría un amiguete mío: “Jodidos pero contentos”.
David Vozmediano
Deportellano