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Segunda jornada de liga de la Segunda División B, Grupo I. Tarde muy calurosa y césped en mal estado. A partir de hoy comenzará el tratamiento para su mejora. Mas de tres mil quinientas personas presenciaron el partido. El entrenador del CD Cobeña era Alfredo Santaelena, el que fuera jugador de Atlético de Madrid y Deportivo de la Coruña.
Arbitro: De Pintos Frances. Regular su arbitraje. Mostró amarillas a Borrallo, Esparza y Conget por la UD. Puertollano y a Alberto, Ferrer, Toñin, Santaelena, Angel castro, Arrollo y Aristizabal por el Cobeña. Expulsó con roja directa a Ferrer en el minuto 69 por golpear con el codo a David Sanz.
Goles: 1-0 (min. 14) Conget, tras regatear al portero; 2-0 (min. 74) David Sanz, de jugada personal.
VICTORIA CON OFICIO
La UD Puertollano se vistió de largo en la categoría de bronce ante su afición y lo hizo con el oficio necesario que requería la situación. El Cobeña, un equipo con empaque a pesar de ser, como el Puertollano, un recién ascendido, se presentó en La Mancha como lider y demostró, que al menos del centro del campo en adelante, va a dar mucha guerra. Por lo tanto hoy tacaba hacer algo aseadito y sin demasiadas florituras, con la seriedad que requería el envite. El escenario nunca había tenido fútbol oficial de categoría de bronce (la última vez que se jugó en segunda B fue en El Cerrú) se vistió con sus mejores galas, al menos en la grada y los azules no querían decepcionar. No lo hicieron.
Como era de esperar tardó el terreno de juego en inclinarse hacia un lado y no hubo acercamientos dignos de mención hasta el primer gol. El primer gol en segunda B marcado en el Sánchez Menor lo transfromó Conget en una bonita jugada. Minuto catorce, la presión en el centro del campo de Esparza y Dupi trae como consecuencia un robo de balón que llega a Carlos Sanz que telegrafía un pase a Conget. Éste define de forma impecable.
La alegría en la grada se pudo transformar en delirio si el impecable cabezazo de Andrés Ramos no hubiera conllevado una espectacular parada de Peralta. El centro lo había puesto Borrallo. Pero a partir de ahí los de Alfredo Santaelena se hicieron con el mando. A estas alturas todavía no hemos despejado la incognita de si fue el Cobeña el que encerró al Puertollano o el propio Puertollano el que renunció al balón. El Cobeña tenía la capacidad técnica suficiente para dominar el esférico y la UDP conoce a la perfección como jugar con el marcador a favor. Eso sí, el "jogo bonito" no pasó por el Sánchez Menor ni de refilón. Probablemente no era el día para ello y la segunda B tiene pinta de ser como un partido de promoción de ascenso constante, aspero, feo, rocoso pero con final feliz.
Dio tiempo antes del descanso para que Conget probara el lanzamiento lejano y se fuera alto y que David Ruiz, el más incisivo de los visitantes, hiciera lucirse a Rojas.
En la segunda mitad no cambió el panorama y a ratos el Cobeña rondaba el área de Rojas dando cierto miedo, pero con mucha falta de pegada. Aún así estuvieron cerca del empate en dos ocasiones, en el cincuenta y tres David Ruiz manda un potente disparo rozando el palo con Rojas batido y cinco minutos más tarde el portero de Miguelturra responde a Ángel Castro con una gran parada. Además del buen partido de Rojas, destacaremos el majestuoso partido de Richard que inauguró su peña de la mejor forma posible.
Ingrediente común en este tipo de partidos es la dureza y ninguno de los veintidos eran hermanitas de la caridad, pero en especial los madrileños se cargaron de tarjetas merecidamente. Antes de la tarjeta que cambió el signo del partido, el Puertollano pudo sentenciar al contragolpe, cuando Conget centró al punto de penalti donde estaba un Andrés Ramos que en ese momento echó de menos haber tomado más Cola Cao de pequeño, le faltaron cinco centímetros para rematar a gol.
Y entonces, entre vítores, apareció Luismi, un jugador al que conseguir la titularidad le debe parecer más difícil que una oposición a notario, sobre todo cuando los mérítos están más que sobrados. Su sola presencia ya creaba peligro, tanto que a Ferrer le debió parecer buen momento para sacar su codo de paseo y marcharse a la caseta, después de que De Pintos Francés desde cuarenta metros y una vista de lince no tuviera dudas al mostrarle la roja.
El color del partizo iba tomando tonalidades azules y en el setenta y cinco, David Sanz recibe un pase largo y se fabrica un gol el solíto después de llevarse al portero con un toque de cabeza y resolver a puerta vacía. El Delantero está en estado de gracia y cuando un delantero está en forma hay que aprovecharlo al máximo.
Y a partir de ahí, colorín colorado. Tan solo dio tiempo de ver una nueva intervención de Rojas a un Ángel Castro que estaba solo en el área y de ver el espectáculo final que no ha cambiado de la tercera a la segunda B, el estadio al completo despidiendo entre aplausos al equipo, y que no cambie.
David Vozmediano
Deportellano