|
|||
Estadio Romano: Tarde nublada. Terreno de juego en buenas condiciones. Aproximadamente 1500 espectadores, de ellos 150 procedentes de Puertollano..
ÁRBITRO: Mariscal Sánchez. Mala actuación. Mostró amarilla a Ruiz Caba, Encinas y Manolo Hierro para el Puertollano y a Lupidio, Segovia e Ismael para el Mérida. Tarjeta roja directa en el minuto 25 a Richard por mano al borde del área.
GOLES: 0-1, Min 6 Gallo; 1-1, Min 45 Mansilla; 2-1, Min 69. Luciano
EL PUERTO AGRANDA SUS PROBLEMAS
Nueva derrota del Puertollano que volvió a jugar en inferioridad la mayor parte del encuentro.
Al Puertollano le ha mirado un tuerto. Ha pasado de ser deficiente en casa y fiable fuera a perder crédito en todos los partidos. La mala racha es casi insuperable. Un record negativo que ojalá recordemos como un mal sueño. Por si fuera poco, el equipo tampoco es capaz de aguantar las ventajas conseguidas. Ya son muchos partidos en los que se desperdicia un marcador favorable y los puestos de peligro están al acecho. Todavía queda una batalla más: el arbitraje. Pero después de todo este tiempo parece una batalla perdida. Cualquier posibilidad de victoria la ha truncado en gran parte Mariscal Sánchez, que expulsó a Richard de forma más que rigurosa por una mano que perfectamente pudo ser amarilla.
EL MEJOR COMIENZO POSIBLE
Porque el partido comenzó con el guión de todas las semanas. Un Puertollano bien plantado que no daba sensación de inferioridad ante el poderoso cuadro emeritense. Bueno, el guión de todas las semanas no, sino mucho mejor, más conseguido. A los seis minutos Gallo había adelantado a los azules en el marcador. Por supuesto, nadie cantaba victoria con un gol tan tempranero. La experiencia de las últimas semanas nos ha hecho desconfiados con lo que nos reserva el destino.
Unos minutos en los que apenas ocurrió nada destacable salvo la lesión de Valdés (una piedra más en el camino), precedieron a la jugada decisiva de la tarde. Roja a Richard por cortar una jugada con la mano al borde del área. Tan tonta como excesiva. Al Puertollano solo le quedaba aguantar tres cuartas partes del encuentro con diez, como si fuese fácil. A estas desgracias había que unirles que Valdés finalmente no pudo seguir, por lo que en el minuto treinta, Hierro ya había movido el banquillo en dos ocasiones. Una para reestructurar la defensa y otra por la lesión del interior derecho.
EL ESPÍRITU “GETA”
Hasta entonces el Mérida no había pasado de ser un conjunto gris con ciertas individualidades de postín. Tampoco es que pusiera en muchos aprietos a Ruiz Caba, excepto alguna falta que creó cierta incertidumbre en la defensa azul. El Mérida buscaba el empate con mucho corazón y poca cabeza, y fue el Puertollano el que pudo volver a adelantarse en el marcador. Pero Villa, en el cuarenta y tres, lanzó alta una vaselina después de recibir el balón de Gallo. Villa volvió a perder en su particular cruzada contra el gol.
A pesar de que por momentos el espíritu del “Geta” pareció invadir a los azules, el Mérida se encargó de bajarlos pronto de la nube. El defensor Mansilla aprovechó un balón suelto en la frontal para batir a Ruiz Caba justo antes del descanso.
LUCIANO SENTENCIÓ
En la segunda mitad el Mérida parecía decidido a por la victoria y el Puertollano intentaba aguantar un empate que podía considerarse bueno visto lo visto. Carlos García salió por Marchiori para reforzar más el equipo pero no surtió efecto. Tres minutos después, en un balón parado (gran talón de Aquiles defensivo del Puertollano) Luciano cabeceó a la red.
Acto seguido, Encinas tuvo una llegada clara por la izquierda después de un pase de Gallo, pero su balón se fue por encima de la portería de Orlando.
Con Juli renqueante, el Mérida tuvo más cerca el tercero, aunque el Puertollano pudo dar la sorpresa en un lanzamiento de falta de Encinas cercano al palo.
Al final no hubo más. El Mérida se mantiene tras la nobleza y el Puertollano cada vez huele más a azufre. Entre los males propios y los provocados habrá que apelar a la épica. Cinco puntos en cinco partidos. Parece fácil si no fuera porque para los últimos cinco conseguidos se han necesitado diez.