LA UDP CONVIERTE EL SÁNCHEZ MENOR EN UN FORTÍN
El día en que por fin los aficionados de tribuna pudieron disfrutar de un día de sol sin ponerse una mano sobre las cejas, el Sánchez Menor volvió a vestirse de gala. Bien es cierto que a algunos se les pegaron las sábanas y la gente acudió al estadio más tarde de lo habitual. Tampoco está tan mal estas jornadas matutinas futboleras y sirve para darnos cuenta de que esto es otra categoría.
Ni en las previsiones más optimistas se soñaba con un arranque liguero como el que la UD Puertollano está teniendo. Los agoreros ya entonaban después del partido de Fuerteventura aquello de “ya lo decía yo”, pero la verdad absoluta es que la UD Puertollano no ha dejado de ser, accidente insular aparte, el equipo rocoso y difícil de ganar que ya era el año pasado, pero con la dificultad añadida de una categoría superior. Si además, aunque con cuentagotas, de vez en cuando deja alguna muestra de brillantez mejor que mejor.
A comienzos de la pretemporada, vaticinábamos que el hacer del estadio Sánchez menor un fortín en el que se escaparan solo los puntos justos, era la herramienta principal para cumplir un buen papel en la categoría de bronce. De momento se está cumpliendo al dedillo. La UD Puertollano da una sensación de equipo difícil de batir, peleón, físicamente imponente y a ratos con la imaginación necesaria para fabricar dos jugadas de gol como las de los tantos de hoy. A algunos, estas jugadas les parecerán oasis en el desierto, pero lo cierto es que en los tiempos que corren en el fútbol actual, por ver dos goles de ese calibre bien merece la pena pagar una entrada. Si no los han visto, pongan a prueba su imaginación y revisen el abc del contragolpe.
Los primeros minutos del encuentro pudieron servir para desnivelar la balanza a favor de alguno de los equipos. El Puertollano salió enchufado y ya en el minuto tres pudo adelantarse por medio de Jaime Bustillo. Un lanzamiento de esquina ensayado sirvió para que Carlos Sanz centrara desde el vértice del área un balón cerrado que en medio del barullo el cantabro no pudo acertar a rematar. La correspondiente contestación la dio Maikel Padrón con un zapatazo desde el borde del área que Rojas y el poste desbarataron como correspondía.
El primer cuarto de hora estuvo marcado por el alto ritmo que impusieron los dos equipos, el juego de la UD Puertollano era más fluido que en el anterior partido en casa contra el Cobeña y las llegadas al área eran algo más frecuentes. El Orientación marítima se mostraba como un equipo bien plantado pero cuando se acercaba a las inmediaciones de Rojas, el área se cubría por un nubarrón imaginario que impedía que los lanzaroteños crearan algo de peligro.
Mediada la primera mitad el juego fue decayendo por momentos, la UD Puertollano, que cuando movía el balón por el pasto había dejado muestras de cierta calidad, comenzó a abusar del balón largo y, al menos en esa primera mitad, no surtió el efecto deseado. Se perdió el control del partido, las imprecisiones eran constantes y se acabó con cualquier atisbo de vivacidad que se intuía en los primeros veinte minutos. Salvo una falta lanzada por Carlos Sanz con cierto peligro, las áreas parecían terreno vedado. David Sanz estuvo en su línea batalladora habitual aunque con menos acierto y Andrés se mostró bullicioso pero le falto conectar con el punta. La buena noticia era que el Orientación marítima era una perfecta imitación de los azules en ataque y la corrección en defensa de Jaime y Juli, sustituto de Richard hoy, acabó con cualquier intento del cuadro rojo.
Después del descanso los azules dieron un paso adelante y a pesar de que en los primeros minutos las imprecisiones seguían en el terreno de juego, el aspecto del equipo era otro. El Orientación Marítima dio un sustillo a Rojas en un saque de esquina en el minuto cincuenta y cuatro en una llegada aislada, aunque los azules ya eran amos y señores de la situación.
Como decía, el abc del fútbol salió a relucir en el minuto sesenta y cuatro, Esparza comprendió que la calidad casi siempre se ofrece a ras de suelo y lanzó balón milimetrado para que Borrallo, que estaba donde el lateral tiene que estar, llegara al fondo y pusiera un balón donde había que ponerlo. Carlos Sanz, cambiado de banda, remató en el segundo palo, donde el interior de la banda contraria del ataque debe estar. El remate también debe venir como ejemplo en el capítulo “como rematar de cabeza en el segundo palo”.
Con viento a favor, que es el cuando el Puertollano está como pez en el agua, se vieron los mejores minutos de juego azul. El Orientación marítima iba bajando poco a poco los brazos y adoptaba el papel de perdedor. Era cuestión de tiempo que los locales mataran el partido al contragolpe. Lo hicieron cinco minutos después.
Rojas inició otro ataque de libro con un saque bien orientado, Andrés la agarró en el centro del campo y mandó el balón en profundidad con mucha clase, casi tanta como la que demostró Conget para definir picando el esférico por encima de Tato. Un minuto antes la Orientación Marítima había desaprovechado la ocasión del empate en una dejada de David Martín, el mejor de los visitantes, que Ito no aprovechó.
La UD Puertollano acabó durmiendo el partido y certificando una vez más que quien quiera puntos del Sánchez Menor tendrá que sudar.
David Vozmediano.
Deportellano