HUBO FERIA PERO NO FIESTA
El Puertollano cae ante el Jaén en un partido horrible.

  

 A Manolo Hierro ya se le acaban las justificaciones. El Puertollano se va a salvar por los ahorrillos acumulados. Un poco por las victorias de la primera vuelta y otro por aquellos primeros e ilusionantes triunfos con el malagueño en el banquillo. Aquella tierra prometida que quedó en agua de borrajas. El martes pasado el presidente lo confirmó para la temporada que viene y hoy muchos lo hemos vuelto a recordar entre escalofríos. 

 De acuerdo, Hierro no configuró la plantilla, pero los resultados son tan desastrosos que no mantienen en pie ningún tipo de explicación posible. Una decepción tras otra y, a la vista de lo de hoy, es lícito decir que aquel gol in extremis de la semana pasada ante el colista puede ser el salvador de una categoría que se va a mantener, a pesar de que parezca que se intenta lo contrario. Hoy se necesitaba un punto para que la permanencia fuera un hecho científico. Bueno, pues ni eso.

PUERTAS ABIERTAS A UN MAL PARTIDO

 El partido ha sido para olvidar. De esos partidos en los que se echa de menos que la reglamentación no tenga algún resquicio que permitiera no sumar puntos a ninguno de los dos equipos. Y si pudiera ser, alguna penalización.

 Desde luego, no para que fuera de Puertas abiertas. Se podían haber cerrado las puertas a cal y canto y no dejar pasar a nadie. A cien metros había cervezas fresquitas y montados de lomo.

 Y eso que en los primeros minutos parecía que había actividad en el campo. Puro espejismo. Con juego embarullado y la impresión de que iba a ser una utopía ver tres toques seguidos de jugadores del mismo equipo. Al menos el Puertollano se acercó alguna vez al área pero se encontró con la portería guardada a cal y canto. Como siempre. Pavone no llegó en el minuto veinticuatro a un pase mortal de Conget. Luego remató mal un buen centro de Encinas y más tarde Gallo remató todavía peor otro pase del mismo asistente. El Jaén simplemente no existió. El partido no iba con ellos. 

 En la segunda mitad el Real Jaén quiso respirar e intento poner algo de ímpetu. Pero fue cuestión de unos minutos. Ninguna ocasión verdaderamente clara. Un tiro lejano de Geni y un centro al área de Javi Moyano que no encontró rematador. Ese era el peligro que llevaba un Jaén que no quería hacer mal en casa ajena.

 EL EMPATE VALÍA

 En ese momento había un equipo salvado y a otro que le valía el empate. Conclusión: parecía que no íbamos a tener sobresaltos y que la noche iba a transcurrir plácida con un rácano pero eficaz punto. A olvidarse de este año y a otra cosa mariposa. Pero no, estamos en feria y había que hacer honor a ello.

 En el minuto ochenta y nueve y en un saque de esquina (de nuevo a balón parado) se confirmó la noticia. El plácido, aburrido, rácano pero eficaz empate se convirtió en una triste, trágica, desalentadora y peligrosa derrota. El Puerto se va a salvar, sin duda, pero la imagen es como para no recordarla mucho.

 Hubo tiempo para más desgracias. Amores se lesionó dos minutos antes del gol y Encinas vio la roja directa en el descuento ¿Alguien da más? 

 Un dato para la intranquilidad: El equipo azul es el cuarto peor equipo en casa, es decir, en puestos de descenso, y la victoria ante el colista consiguió que el equipo no se acostara hoy a dos puntos para la promoción y con dos jornadas por delante.

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